El Misterio del Mesías

El Misterio del Mesías
Author :
Publisher : Frederick Guttmann
Total Pages : 119
Release :
ISBN-10 :
ISBN-13 :
Rating : 4/5 ( Downloads)

Book Synopsis El Misterio del Mesías by : Frederick Guttmann

Download or read book El Misterio del Mesías written by Frederick Guttmann and published by Frederick Guttmann. This book was released on with total page 119 pages. Available in PDF, EPUB and Kindle. Book excerpt: Esta es una tesis sobre la concepción que el mundo antiguo – y no tan antiguo - ha tenido sobre un Salvador o “Mesías”, ya desde el zoroastrismo pasando al judaísmo, hasta el presente. Nací en Eilat (al sur del Neguev, en Israel), y he dedicado años al estudio de las lenguas semíticas y su comparativa con otras, y la etimología de las palabras y la raíz de los alfabetos. Asimismo he escudriñado por casi dos décadas las sagradas escrituras, tanto hebreas como de otras culturas. He querido realizar esta obra como resumen de los resultados de mi investigación sobre este tema y las relaciones que tiene con la visión sociopolítica del pueblo hebreo. Esto incluso ayuda a comprender la razón del conflicto entre Israel y Palestina. Los israelíes sabemos que los sionistas habrían ayudado a Adolf Hitler a deshacerse del rabinato y de nuestros abuelos europeos que no habrían aceptado el actual Estado de Israel ya dispuesto en la Declaración Balfour y verdadero motivo del acuerdo de Sykes-Picot. El rabinato tiene una filosofía distinta al sionismo respecto del Estado de Israel basada en unos principios que deben cumplirse, o debe cumplir, el Mashiaj (Mesías, Salvador), en gran medida estandarizada por los midrashim establecidos a partir de los siguientes tres siglos tras la Diáspora a Babilonia que siguió la expulsión de los judíos de Yhudeah (Judea) por el emperador Adriano en el 135 d. C. El cristianismo habría adoptado la idea de que Yehoshua (Jesús, Ieshua) de Nazaret era el Mesías esperado según la interpretación de los shlijim (apóstoles, enviados) y de pasajes de la Tanak (Antiguo Testamento). El judaísmo ha dedicado siglos en escudriñar la Tanak y el Talmud en busca de los secretos que determinarían quién será el Mesías y cómo se manifestará, y esta obra incluye la apologética sobre porqué el judaísmo refuta la creencia de que Yehoshua de Nazaret fuese el legítimo Mesías, y también incluye una investigación completa y pormenorizada de las profecías hebreas y los códigos de la escritura (ya que las lenguas semíticas, con base al abecedario abyad, funcionan como sistema numérico y anagramático), recordando que los antiguos profetas y escribanos hebreos redactaron mensajes ocultos en lengua aramea y hebrea ante las amenazas de los invasores y de que su cultura y misterios fuesen ultrajados y descubiertos por sus enemigos. Esta es la base de varios principios de los misterios de la Cábala. Con estas herramientas asimismo ‘El Misterio del Mesías’ desvela una gran cantidad de información desconocida al púbico sobre la identidad de Yehoshua (Jesús) de Nazaret y el verdadero propósito del Mesías esperado por el monoteísmo. ¿Qué es ser ‘el Mesías’? «Mesías es, en las religiones abrahámicas, el Rey descendiente de David, prometido por los profetas al pueblo hebreo, aquel hombre lleno del Espíritu Santo de Dios. A lo largo de la historia existieron muchas personas a las que se les consideró Mesías, pero generalmente, se entiende que este título en particular se asigna al enviado escogido por Dios, que traerá la paz a la humanidad instaurando el Reino de Dios.» (Wikipedia) El concepto de un Salvador esperado es común en muchas culturas, y se entiende como respuesta a las injusticias y males del mundo que la propia humanidad como sociedad no ha llegado a resolver. Dicha idea tiene tal fuerza que es incluso usada para referirse a figuras diabólicas: el Anticristo del cristianismo o Dajjal del islam, sería una especie de Mesías engañador, un falso libertador que realmente usando hechicería y satanismo engañaría a la humanidad antes del final de los tiempos. Según estas perspectivas, un hombre semi-divino sería la luz del mundo y su guía sobrenatural, pero habría al menos otra figura a su semejanza, pero en un nivel antagónico. En cualquiera de los casos, la humanidad estaría esperando un ser sobrehumano que les salve de sus desgracias, libre al mundo del mal y la injusticia, y traiga una nueva era, una de paz, armonía y felicidad. «Bendito el que viene en el nombre de Iaheveh…» (Tehilim (Salmos) 118:26, R60) Desde milenios atrás parecía haber en todo el globo una gran conciencia respecto de la necesidad de profetas para guiar espiritualmente a los pueblos y la creencia en un futuro hombre remarcable que destacaría sobre la humanidad. El profeta persa Zaratustra (Zoroastro) se definía como “redentor y salvador” enviado de Dios, no considerándose el único ni el último, y se cree que anunció la venida de un hombre ejemplar que vendría en nombre de Dios, después de él, y que llevaría a los hombres al camino de la verdad; los budas antiguos anunciaron la venida de uno futuro, el Maitreya, que muchos confunden con personalidades modernas; los mayas, aztecas, incas y jopi anunciaron el regreso del “hombre sabio” que una vez estuvo con ellos, quien se encargaría de guiar a la raza de la Tierra hacia el camino de la rectitud y la unidad, la hermandad y la paz; los musulmanes dicen que Mahoma anunció el regreso de Yeshua ha.Notzri para los días de la lucha venidera entre el Mahdi y el Dajjal (Anticristo); los judíos - en un contexto general - la llegada de su Mesías libertador en los días del regreso del profeta Elías, cuando Israel sea redimido. Es trascendental saber que mucho antes del nacimiento de Zoroastro, Krishna, Hermes Trismegisto, Siddartha Gautama, Lao Tze, Confucio, Meng-Tse, Yeshua ha.Notzri(Jesús de Nazaret), Mani, Mahoma o Nichinen Daisonin, ya había sido anunciada la venida del “hombre verdadero”, un ser sobrenatural y ejemplar que cambiaría el curso y destino de la humanidad. ¿Cómo podía suponer o saber que ese “alguien” vendría? Si no creemos en la esfera espiritual y sobrenatural, no comprenderemos la raíz y razón de la religión. Uno de los aspectos “espirituales” es el relativo a la precognición, la visión remota, los sueños premonitorios y otros matices del mundo onírico, las capacidades extrasensoriales, la trascendencia a la 4ª Dimensión de la física y las matemáticas (el ‘tiempo’), la mente, la mecánica cuántica, y otras muchas áreas, donde se analiza y estudia – o incorpora – el componente profético: ver las cosas antes de que ocurran. Bien que con mera triangulación y conocimiento experiencial de los ciclos del destino se puede prever el futuro, hay detalles importantes, como los vaticinios de cosas determinantes y puntuales. En ese sentido es fundamental agregar que la aparición histórica de un hijo de dios no fue exclusiva del pueblo hebreo, y era, empero tema conocido en todas partes. Cultura que se estudie tendrá, en alguna parte, un relato donde se menciones que seres sobrenaturales tuvieron hijos y/o hijas con mujeres mortales, y casi siempre estos vástagos resultaron ser grandes eminencias de la historia. Decir, “vendrá el hijo de dios”, era asumir que estrictamente quien decía eso debía creer en un único dios: «[el] hijo [del] dios creador viene» (frase en pre-sánscrito, grabada en una figura precolombina de cerca de 13.000 años de antigüedad hallada en Ecuador). Pero si los dioses tuvieron hijos con la humanas, ¿cómo especificar cuál de todo esos retoños sería aquel en específico del que tanto se esperaba? Tiempo después de nacer Siddarta Gautama (el Buda) se dijo que su madre le había concebido durante un sueño en que fue fecundada por un elefante blanco; sobre Alejandro Magno y Platón se dijo que su padre realmente había sido febo Apolo; Jerjes, y muchos césares y faraones se consideraban seres semi-divinos, hijos de algún dios importante o soberano. El libro del Génesis (circa 1.450 a. e. c. (antes de la era común)) relata que antes del diluvio hubo una raza divina que descendió a la tierra y engendró hijos con doncellas mortales, y sus hijos fueron los grandes héroes y semi-dioses de los que posteriormente se narraría en las mitologías. Esta historia de Moisés no es exclusiva de este libro, y es referida en otros textos hebreos y de infinidad de culturas por todo el planeta, y hay incluso listas completas de estos seres donde se describe su nombre, años de gobierno y sucesiones, como los casos de los registros egipcios o sumerios. Por ejemplo, la idea de un salvador e iluminador del mundo era tanto anterior a Yeshua (Jesús) de Nazaret como contemporánea a él, pero decididamente tras la ausencia de las figuras imponentes espiritualmente, quedaban solo disciplinas basadas en una esperanza imprecisa o simplemente se deterioraba la fe y se perdía el trabajo realizado. Mientras unos se consideraban semi-deidades, pero no tenían uno roll humanitario, otros se consideraban meros emisarios, y con humildad y esmero trataban de guiar a la justicia y el altruismo a sus congéneres. Solo en pocas ocasiones, como ocurre con el cristianismo, pervivió la convicción de que su líder era permanente y regresaría, llegando al grado que convertirse esta creencia en un sólido pilar de la teología de estos pueblos y grupos de personas. Los judíos sabían que Moisés había muerto, los mazdeístas sabían que Zoroastro falleció, los musulmanes saben que Mahoma murió, pero para otras culturas, sus figuras inspiradoras, como Krishna, Osiris, Hermes, Buda o Yeshua (Jesús), aunque hubiesen experimentado una muerte física, habían trascendido a este mundo, y algunos de ellos siguieron apareciéndose claramente a sus seguidores inclusive siglos después de que se les diese por muertos. ¿Es esto cierto? De cualquier manera, vivos o en otra dimensión, ¿de qué servirían sus enseñanzas si la mayoría de la humanidad concibe la muerte biológica como el final? Muchos esperan que se establezca una era utópica de paz, armonía y unidad entre todos los pueblos, y en comunión y amor alcancemos la inmortalidad, pero sigue existiendo el componente avaro y sangriento que imposibilita un balance y equidad, teniendo unos pocos el poder y usándolo para mantener al resto en conflictos y guerras. Para los más espirituales, ese no es el mayor problema, sino que fervientemente consideran que el alma (un componente personificado e individualizado de la Conciencia Universal) es evaluada por sus acciones mientras se halla encarnada, y al salir del cuerpo bio-químico es juzgada por sus acciones, y de ser considerada culpable de mal sufriría en otros mundos por varias décadas o incluso generaciones. Para los que ven el destino de esta manera, más que un líder que cese las luchas entre tribus y naciones, es más prioritario ir al núcleo del problema: el alma. Así, la idea de salvador para los “religiosos” se orienta a la conciencia y la rectitud, asumiendo que solo un hombre de gran virtud puede enseñarnos el camino de la verdad, la honestidad y el amor, para vivir en paz con otros y salvar nuestra alma y llevarla a planos de realidad paradisiaco, establecidos para los puros y dadivosos.


El Misterio del Mesías Related Books